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lunes, 18 de mayo de 2020

CARLOS OLALLA RECITA POEMAS PARA EL CIUDAD DE VALENCIA

  Carlos Olalla es uno de esos actores: de teatro, cine y televisión que enamoran solo con su voz. Si además tenemos en cuenta sus gestos y miradas nos captura en la historia hasta el final.

  Ha trabajado en multitud de películas, series de televisión y obras teatrales, además de formar parte de proyectos tan hermosos como el festival de cine de Cañada Real o los talleres de la Fundación Voces. Por si fuera poco, Carlos es un escritor magnífico que ha publicado novelas y poemarios muy recomendables :)

  No pretendemos extendernos en su biografía, para ello os recomendamos que visitéis su página web oficial, en ella tenéis toda la información de interés que preciséis y podréis descargar alguna de sus novelas de forma gratutita. Y un magnífico blog que actualiza cada semana.
Imprescindible: https://laplacenta.clandestinodeactores.com/

Aquí podemos verle en una de sus películas "Amigos" (2011).

En una escena de la serie "El tiempo entre costuras"

En la obra de teatro "CUENTO DE NAVIDAD"

  En esta ocasión, Carlos ha volcado su ilusión en recitar unos poemas para el alumnado y familias de nuestro colegio, el CEIP CIUDAD DE VALENCIA.

  Es un auténtico lujo que haya querido formar parte de nuestro proyecto.

¡Gracias!

  En este vídeo nos cuenta una historia maravillosa que le ocurrió acerca de la última poeta española exiliada que sigue con vida: Carmen Castellote. Además nos recita uno de sus poemas "Escuela de Tundrija".

Todo un lujo, como hemos dicho :)



ESCUELA DE TUNDRIJA

"¿Habrá sol en algún sitio de la tierra?
Nosotros somos el frío de una escuela de Siberia,
que detiene la calle con su alfabeto mudo.
¿Cómo cabemos en tal cerrado frío?
Sin colchones, huérfanos cuerpo y cuerpo,
buscamos la última gota de calor,
que se duerme en la sombra vecina.
El miedo zarandea la puerta y las ventanas,
los ojos se suicidan en la noche.
Quizá en alguna parte el hombre duerma,
nosotros somos esta terca medida del frío.
Lloran aquí y allá, y no sé cuál es mi llanto.
Crece el invierno sobre la escuela nimia,
y cómo detener sus troikas
con manos que no nacen todavía.
Seremos fuertes con el habla, porque hablando
la noche es limpia fuga.
Pero tenemos el duro asalto del silencio.
Un viento nos rescata del olvido,
desde el tiempo llega el anatema
y una nieve callada es raíz en los cuerpos,
que obedecen y siguen a la noche.
El alba, en los cristales, persiste y hiere más.
Hay que empezar de nuevo la jornada
con los ojos desvelados en el frío.
El recuerdo nos lleva a la estufa,
fuera ya del triunfo del calor.
La calle está ahí, pero no es nuestra,
así, desarropados.
No hay comida; hay agua, manjar largo,
cuando los frutos duermen bajo la guerra.
Es nuestro plato, al que no llega el pan,
porque el invierno mata los caminos.
La novedad en la aldea es incendio.
Hablan de los niños que vinieron de lejos
y que duermen en el suelo de su escuela.
Por un instante, la nieve evade las ventanas.
Son los chicos de Tundrija atados al cristal.
Algunos nos asaltan con sus ojos mayores,
rompen el hielo que se asombra en los vasos,
nos ofrecen pepitas de girasol,
y nos preguntan si hay pan en nuestro idioma.
Las clases regresan a la escuela,
las viejas aulas despiertan su alfabeto,
junto a las camas que llegan, crecen los pupitres,
se despiertan los gritos de los pasillos.
¿Se ha escapado la nieve?
¿Qué ha sido de la escuela,
de los niños ausentes, que enredaron mi nombre?
¿Y del pequeño, que el primer día de clases
dijo, al aún secuestrado en el asombro,
qué miras, es que nunca has visto a la gente?
Desde las mesas tropiezan nuestros ojos.
No hay extraños.
El frío esconde por un tiempo su derrota."


 Carmen Castellote 

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